jueves, 29 de marzo de 2012

Capitulo 21






Héctor siente una gran herida en su alma. Está de nuevo solo. Ha fallado a todos los que han estado con él. Da puñetazos y patadas a un árbol. Se enfrenta a la gente que lo mira. Cae al suelo y llora. Una chica gordita se le acerca:
--¿necesitas algo?¿te ocurre algo?
Ella está fascinada por el chico aunque le duele verlo tan mal. Héctor la mira rabioso.
--sigue tu camino y déjame en paz, gorda.
A ella le duele la dureza de él pero el chico es demasiado guapo y le duele verlo mal. Se muestra muy cariñosa con él.
--¿No te puedo ayudar? Soy Violeta, ¿no me recuerdas? Fuimos juntos a clase.
Héctor mira a la joven rabioso. Se levanta.
--tú eres la gorda que estabas loca por mí, ¿verdad? --dice con desprecio.
Violeta se ruboriza. Él no espera la respuesta. Agarra de la mano a la chica.
--ven, quiero enseñarte algo --con rabia, con dureza.
Héctor la lleva a su piso y en el sofá se le lanza encima. Se comporta como una bestia.
--tu te cuidas, ¿verdad? –jadea él desabrochándose los pantalones y buscando un agujero donde descargar.
--¡claro, claro¡ --miente ella.
Violeta se siente en el paraíso, está viviendo un sueño y no quiere que se detenga. Es rápido pero Violeta se siente como si volviera a nacer.





Una vez se ha desahogado, Héctor se da cuenta de lo que ha hecho. Se lleva las manos a la cabeza mientras dice:
--¡¿¿virgen?¿¿¡eras virgen?¡
Héctor se lleva las manos a la cabeza, cualquier cosa se esperaba menos eso.
--¿porque no me paraste...? yo... sólo quería desahogarme... yo...
Héctor está alterado. Lo que menos quería es comprometerse con esa chica. Violeta ha vivido el momento más hermoso de su vida y lo ha hecho sin pedir nada a cambio. Se muestra cariñosa:
--tranquilo no tienes que volver a verme...
Él se queda tranquilo pensando que ella está feliz. Ella llora.
--no te quería lastimar... –él sintiéndose culpable.
--no, si lloro de felicidad... –emocionada.
A Héctor le impacta darse cuenta de lo mucho que ella lo quiere sin apenas conocerlo. Otra cosa le preocupa:
-- ¿Seguro te cuidabas? mira que podemos ir a tomar la pastilla del día después...
--¡no, tomo pastillas era para estar preparada... –miente ella.
Héctor se abrocha los pantalones. Se muestra más tranquilo.
--volveremos a vernos? –pregunta ella con timidez.
Él no se atreve a mirarla a los ojos.
--no, lo siento... si hubiera sabido que eras virgen...
Él le ha hecho a ella el regalo más hermoso, vivir su primera vez juntos y no quiere que se preocupe.
--soy feliz... que no te sepa mal...
--pues vete y no le cuentes a nadie de esto.
Violeta obedece en silencio. Héctor se queda tranquilo y Violeta piensa:
--¡ojalá me quedara embarazada pero no tendré esa suerte¡

Violeta llega a su casa y se mira en el espejo. Es un día especial para ella.
--hicimos el amor, hicimos el amor.
Le cuesta distinguir lo que es realidad de lo que es suyo.
--No, no lo soñé.
Da un pequeño salto.
--¡mi primera vez, mi primera vez para él¡
No sabe nada de él pero sí sabe como besa, como acaricia… ¡como hace el amor¡ Violeta tiene ganas de gritarle al mundo lo feliz que es.
--¡¡es que lo amo… lo amo¡
Sonríe pícara:
--¡hacer el amor es maravilloso¡
Se lleva las manos al vientre:
--no se cuidó… no se cuidó…
Eso lo tiene muy alterada:
--¿y si me he quedado embarazada?
Esa idea la tiene eufórica.
--¡sería lo mejor que me pasara¡
Va a su habitación. Se tumba en la cama.
--No, no le diría a él. Yo le engañé, no le puede hacer eso. Sería un regalo maravilloso…
Tiene ganas de ir a la primera farmacia a hacerse el test.
--No, no seas loca. No estás embarazada, seria demasiada casualidad.
Aunque le encantaría, no quiere obsesionarse con lo que es sólo una posibilidad improbable.

Al día siguiente, Héctor llega a su trabajo. Le duele saber que Marcos ha pedido cambio de turno para no coincidir con él ningún día y eso es algo que le duele. Mientras está atendiendo las mesas lo ve Violeta. A Héctor no le hace nada de gracia el encuentro. La gordita está feliz por la casualidad pensando que eso es una señal que puede ocurrir algo entre ellos. Se acerca a él.
--hola, ¿qué tal?
Él hace que no la ha visto y pide a su compañera que atienda él a Violeta. Aaminah se acerca a él después.
--¿te ocurre algo con esa chica?
Violeta ya se ha ido y Héctor le dice:
--cada vez que venga, porque seguro que vuelve, atiéndela tú. No dejes que se me acerque.
--pero te pasa algo con ella?
Héctor ha tomado confianza en Aaminah, la trata como a una hermana. A ella le duele que la trate como una hermana pero le gusta hablar con él, que le tenga confianza.
--es que cometí un error. Me he peleado con alguien a quien quiero mucho y me acosté con ella. Fue un maldito error del que me arrepiento y no la quiero volver a ver.
A Héctor le gusta porque Aaminah no lo juzga. Ella se muestra su mejor amiga cuando está muerta por él. Quisiera saber si es su novia la persona con la que se ha peleado pero no se anima.

Desde su despacho Emilio lo ha escuchado. Da por hecho que Héctor se ha pelado con su novia.
--así que el muy pícaro necesita una hembra y le da igual cual –va pensando.
Piensa en si es el mejor momento para hacerle una oferta sexual. Se le ocurre algo.
Busca en la sección de contactos y contrata a una prostituta. Es Gina. Los dos quedan en un bar.
--¿qué es lo que quieres?
--hay un chico que me gusta pero yo no sé si se ofenda si le digo yo algo… Quiero que tú trates de acostarte con él y me cuentes toda la información posible.
--vaya he tenido clientes raros pero tú eres el que más…
--Te pagaré el triple de lo que ganas normalmente.
Es un trabajo fácil y le hace gracia salir de su rutina.
--¿Quieres que le haga fotos, que grabar vídeos… ¡puedo hacerlo¡
Aunque le gustaría ver a Héctor desnudo aunque fuera en foto no. No quiere entrar tanto en su intimidad.
--Eso sería ya faltarle al respecto… no sé, quiero saber cosas de él, no sé que me expliques lo normal que se explican dos amigas…
--Pero no somos amigas…
--Ahora sí…
Los dos se sonríen. Emilio antes que Héctor consiga novia le quiere conseguir él una. Gina es muy bonita, se lo toma como un regalo que le hará a Héctor y a cambio sabrá cosas. No le parece que sea algo muy malo, que pueda lastimarlo a Héctor. Sino no lo haría.

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